Significación del 12 de Octubre | Consejo de la Magistratura
Publicado el 12/10/2021
I – Por décadas el “12 de octubre” fue la celebración del arribo de los conquistadores europeos al continente americano. En correspondencia al avance social, esta mirada histórica ha ido cambiando para posibilitar la asignación de otros sentidos. Lo primero es advertir que más que una celebración es una conmemoración para impulsar la reflexión histórica y el diálogo intercultural.
Ese día de 1492, el marino genovés Cristóbal Colón, al frente de una expedición enviada por la corona castellana, desembarcó en las Antillas para dar inicio a un largo proceso de dominación de todo el territorio.
En Argentina, a estos efectos, en 1917 se estableció el 12 de octubre como el Día de la Raza porque ese era el nombre que recibía en España el “descubrimiento” y el contacto con grupos sociales desconocidos.
La significación del concepto raza fue cuestionada ya que no era pertinente para referir a todas las personas como seres humanos y como tales, sujetos de derechos. Los humanos pertenecemos a la misma especie, por lo que resulta ofensivo y discriminatorio utilizar el concepto de raza.
II – Será recién en el 2010 cuando se trocó el nombre “Día de la Raza” por “Día del Respeto a la Diversidad Cultural”, por medio del Decreto 1584/10. Se comprende así una significación moderna pero también a la luz del texto constitucional que destaca el valor de la diversidad étnica y cultural; es un día para reflexionar respecto a la diversidad, en particular a la de los pueblos originarios del territorio y de sus luchas.
En esta línea de pensamiento es bueno para un trabajo colectivo para reunir la memoria con la justicia. Se trata de desandar la historia por la cual el protagonismo de los pueblos indígenas y sus múltiples creaciones culturales resultaron sistemáticamente invisibilizados a lo largo de siglos, en el marco de una política que tuvo entre sus principales objetivos subalternizar, incluso terminar, a estos pueblos. Es un desafío que se ha postergado el de pensar nuestra historia con otros ojos que no sean los del conquistador.
III – El arribo de los europeos fue trágico para los pueblos nativos. En adelante las muertes fueron masivas; sea como producto de las disputas por la ocupación del territorio, sea por la implantación de formas de explotación de la población -la encomienda- o la reformulación de sistema que ya existía -la mita y el yanaconazgo-. De ello se dio paso a la esclavitud para el empleo de las personas africanas y sus descendientes. Las enfermedades portadas por europeos -viruela, sarampión, gripe- fueron otro de los factores de muertes.
Ello generó una resistencia a la dominación política, económica, social y cultural. La historia está jalonada de hechos demostrativos; unas veces como resistencia y otras como liberación que más adelante fueron de independencia.
Con más significación o con menor repercusión, en cada comunidad se reconocen hechos donde tal vez el que más impacto tuvo fue el de Tupac Amaru entre 1780 y 1781.
Pero queremos destacar, en esta conmemoración, al acontecimiento libertario que fue liderado por una mujer, Bartolina Sisa.
Nacida en una comunidad aimará del departamento La Paz, el 25 de agosto de 1750 se forjó una posición en el comercio y se casó con Túpac Katari en 1775. En la comunidad fueron nombrados virreina y virrey del pueblo. En esa condición se pudieron al frente de una rebelión indígena que consiguió sitiar la ciudad de La Paz en 1781. Fue Sisa que en todo momento estuvo al frente de la organización que reunió cientos de campesinas y campesinos en su reclamo por el fin del colonialismo que los explotaba laboralmente y les había quitado las tierras.
Su historia es reveladora desde una perspectiva de género, atendiendo a que el europeo no podía comprender cómo una mujer podía liderar un movimiento de esta significación. Pero en las culturas originarias, era posible un liderazgo así.
La represalia fue con particular saña; después de más cien días al frente de las luchas indígenas, los cabecillas fueron apresados y torturados por el brigadier Sebastián Segurola. En noviembre de 1781, su marido Túpac Katari fue descuartizado y Sisa obligada a presenciar ese crimen en la plaza pública. Algunos meses después, el 5 de septiembre de 1782, también fue ejecutada en la plaza pública.
Bartolina Sisa es hoy una referencia para las mujeres latinoamericanas y la fecha es el Día Internacional de la Mujer Indígena.
IV – Estos acontecimientos, junto a otros similares, son los que nos permiten realizar facilitan una mirada crítica tanto del período colonial, como del pasado de estas repúblicas.
El período revolucionario se destacó como la participación de “todos”, pero una vez logrado vencer el dominio europeo en el continente, los grupos locales no reconocieron como iguales a los pueblos indígenas, quienes nuevamente fueron subalternizados, como otros grupos que fueron surgiendo a partir de las diferencias sociales y económicas. Luego se formaron políticas represivas destinadas en oportunidades a su aniquilación.
V – En este terreno se pueden reconocer los discursos que justificaron las campañas del desierto para la expansión territorial del Estado argentino a fines del XIX, o en la “Masacre de Napalpí” o “Rincón Bomba”, en el siglo XX. Estos acontecimientos fueron prolongados con el silencio o la naturalización de crímenes que, en ciertos casos, fueron cubiertos por un discurso progresista.
Se fue generando una desvalorización de la cultura indígena contrapuesta al reconocimiento de las tradiciones europeas como las fuentes referenciales de las identidades americanas.
V – La conmemoración del Día del Respeto a la Diversidad Cultural debe servir para una reflexión crítica en torno a esta construcción de sentidos, como para recuperar las múltiples y diversas fuentes que forman parte de las tradiciones culturales de la historia americana.
Esta evocación se puede ubicar en el campo de reparación que vincula la memoria y la justicia con una mirada moderna de un Estado de derecho basado en el reconocimiento entre iguales y en el respeto de la diversidad cultural. De esta forma se puede hacer efectivos los más altos valores que el constituyente plasmó en la letra de nuestra Constitución nacional: “… garantizar el respeto a su identidad y el derecho a una educación bilingüe e intercultural; reconocer la personería jurídica de sus comunidades, y la posesión y propiedad comunitarias de las tierras que tradicionalmente ocupan; y regular la entrega de otras aptas y suficientes para el desarrollo humano; ninguna de ellas será enajenable, transmisible ni susceptible de gravámenes o embargos. Asegurar su participación en la gestión referida a sus recursos naturales y a los demás intereses que los afecten”.
Se deben acompañar estas lecturas con una educación intercultural bilingüe y las acciones en sede judicial que reconocen como delitos de lesa humanidad los que tuvieron lugar en masacres como la de Napalpí.
Al recuperar esta mirada crítica, con la observancia de las tradiciones culturales americanas, con mujeres como Bartolina Sisa, en posible repensar la intersección de diversas formas de sujeción política.
Por Ricardo Fessia
Integrante de la Unidad de Derechos Humanos, Género, Trata de Personas y Narcotráfico