Declaración | Consejo de la Magistratura

Publicado el 10/12/2021

El 10 de diciembre es una fecha con alta significación para el mundo y en particular para la Argentina. En 1948, la Asamblea General de las Naciones Unidas, en su reunión de París, decidió adoptar la “Declaración Universal de los Derechos Humanos”, documento que se erige en un pilar esencial en la protección de los derechos más básicos de las personas.

I – Cuando los horrores de la gran guerra no terminaban de revelarse, el 10 de diciembre de 1948 se reunió la Asamblea General de las Naciones Unidas, en París y decidió adoptar la Declaración Universal de los Derechos Humanos (DUDH). El documento sentaría uno de los pilares mundiales en la protección de los derechos más básicos de las personas.

Dos años después de la aprobación, en 1950, la Asamblea General proclamó el 10 de diciembre como el “Día de los Derechos Humanos”.

         El ideal de los derechos humanos cautivó el corazón de muchos en los años de la posguerra, y su símbolo más eminente, la Declaración, encontró una cálida recepción en muchas partes del mundo. A lo largo del gran periodo de procesos constituyentes que siguió a la guerra, sirvió como modelo para las cartas adoptadas por las nuevas naciones y para los catálogos de derechos que se iban agregando a las constituciones antiguas.

II – La Declaración Universal es una referencia en la historia de la humanidad. Fue la primera vez que los países acordaron las libertades y los derechos que merecen protección universal para que todas las personas vivan su vida en libertad, igualdad y dignidad.

         Ese texto, traducido a 370 lenguas y dialectos, reafirma principios de justicia, universalidad, interdependencia, no discriminación, entre otros.

III – Hoy la Declaración Universal de Derechos Humanos debe ser entendida como compromiso con la dignidad y la justicia a escala universal. No se trata de un fasto ni un catálogo de deseos. La Declaración y sus valores básicos, la dignidad humana inherente, la no discriminación, la igualdad, la equidad y la universalidad se aplican a todos, en todos los lugares y en todo momento. Es universal, duradera y dinámica, y nos atañe a todos y todas.

         Desde su aprobación en 1948, la Declaración ha sido y sigue siendo una fuente de inspiración de los esfuerzos nacionales e internacionales para promover y proteger los Derechos humanos y las libertades fundamentales.

         Un elemento esencial de la protección de los Derechos humanos es la difusión amplia de los conocimientos y el fomento de la comprensión entre las poblaciones de cuáles son sus derechos y cómo pueden defenderlos.

IV – El 10 de diciembre de 1983, en nuestro país, luego de siete años de dictadura cívico-militar,  asumía por fin el Dr. Raúl Alfonsín. Con su llegada al poder, se consolidaron las bases de la democracia y la Argentina se colocaría como ejemplo de justicia transicional.

         En el 2007, el Congreso de la Nación, por Ley Nº 26.323, lo declara el Día de la Restauración de la Democracia, como símbolo del retorno al Estado de Derecho, promoviendo los valores democráticos, resaltando su significado histórico, político y social.

V – La Declaración Universal de Derechos Humanos es un documento histórico que proclama los derechos inalienables que corresponden a toda persona como ser humano, independientemente de su raza, color, religión, sexo, idioma, opinión política o de otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición.

         “Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros”. Artículo 1 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

         El 10 de diciembre es una oportunidad para reafirmar la importancia de los Derechos humanos para construir de nuevo el mundo que queremos, la necesidad de solidaridad mundial y la interconexión y humanidad que compartimos como seres humanos. En este día, más que nunca, podemos contribuir a la recuperación y al fomento de sociedades más resilientes y justas.

         Desde la “Unidad de Derechos humanos, Género, Trata de personas y Narcotráfico” del Consejo de la Magistratura de la Nación, trabajamos con el firme compromiso de seguir aportando para la efectivización de todos los derechos.

Por Ricardo Miguel Fessia
Miembro de la Unidad de Derechos Humanos, Género, Trata de Personas y Narcotráfico